EUSKADI INNOVA

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jueves, 22 de octubre de 2015

Buenas prácticas en diseño responsable: ideas para cambiar el mundo

El diseño responsable puede definirse como aquel que incorpora, además de los aspectos tradicionales (costes, calidad, estética, funcionalidad, etc.), los aspectos sociales y ambienales para la búsqueda de una solución en cualquier campo satisfaciendo las necesidades de los consumidores y generando a la vez un impacto positivo en la sociedad actual y futura, así como en el medio ambiente.
Fue Victor Papanek (1923-1998), diseñador y educador nacido en Viena, el primero en promover y defender un diseño responsable. Basa su planteamiento en el diseño para un mundo real concebido como acción mediante la cual es posible cambiar el mundo.
Para Papanek “durante los últimos tiempos, el diseñador ha satisfecho solamente necesidades y deseos pasajeros, descuidando las verdaderas necesidades del hombre” o como dice Paul Polak (psiquiatra y fundador del International Development Enterprises) desde otra perspectiva la mayoría de los diseñadores del mundo centran todos sus esfuerzos en el desarrollo de productos y servicios exclusivamente para el 10% de los clientes potenciales de todo el planeta. Es necesaria una revolución en el diseño para poder alcanzar al otro 90%”.
En muchas ocasiones hemos oido justificar los problemas sociales y ambientales actuales aduciendo a que hay demasiada gente en el planeta, pero como constatan William McDonough y Michael Braungart, autores del libro Cradle to Cradle,todas las hormigas del planeta, en conjunto, tienen una biomasa mayor que la de los humanos. Las hormigas han sido increíblemente trabajadoras durante millones de años. Sin embargo, su productividad nutre las plantas, los animales y la tierra. La industria humana lleva en pleno apogeo poco más de un siglo, sin embargo, ha provocado un descenso en casi todos los ecosistemas del planeta“.
Por tanto, el problema no es que seamos muchos y que vivamos en una sociedad de consumo, el problema es como se diseñan los productos y servicios que consumimos. Citando de nuevo a Papanek, el diseño tiene que ser un utensilio innovador, altamente creativo e interdisciplinario, que responda a las verdaderas necesidades del hombre. Ha de estar orientado a la investigación y es preciso que dejemos de deshonrar a la misma tierra con objetos y fabricaciones pobremente diseñadas“.
Un ejemplo de diseño responsable es el proyecto “Un litro de luz” promovido por la organización MyShelter Foundation que busca llevar iluminación a los hogares de las zonas más vulnerables del mundo y que se inició en 2011 en Filipinas. El mecanismo de alumbrado que utiliza “Un Litro de Luz” fue creado por Alfredo Moser, mecánico e inventor brasileño, y un grupo de estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), y consiste en la creación de una bombilla artesanal, que oscila entre 40 y 60 vatios, a partir de una botella de plástico llena de agua y cloro que una vez instalada en el tejado de una vivienda provee iluminación a su interior durante el día gracias al proceso de refraccion.
Aunque esta perspectiva no se alinea con la cultura empresarial de producir poco maximizando el margen, tener en cuenta a ese “otro” 90% del mercado puede constituir una gran oportunidad y un increible nicho para incrementar beneficios. Tal y como argumenta Polak, si una empresa es capaz de diseñar para personas que ganan menos de 1 dólar diario, entonces puede alcanzar tremendas ganancias. Si además ese diseño mejora las condiciones de vida de esas comunidades y se realiza tomando como ejemplo los ciclos cerrado de materiales presentes en los ecosistemas seremos capaces de cambiar el mundo. Ese es el reto.
Fuente:
 http://prevenblog.com/buenas-practicas-diseno-responsable-ideas-cambiar-mundo/


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