EUSKADI INNOVA

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jueves, 29 de octubre de 2015

EL RELOJ INTELIGENTE: NUEVO EQUIPO DE PREVENCION INDIVIDUAL

Hace casi un año justo, fue presentado oficialmente el último dispositivo de Apple, el Apple Watch. El reloj de Apple pertenece a la línea de productos identificados como “reloj inteligente”, un concepto existente y ampliamente implantado desde hace ya varios años.

Por tanto, el Apple Watch no inventa ningún concepto nuevo pero, al igual que ocurrió con otros dispositivos como las tabletas, los reproductores MP3 o los teléfonos, la compañía ha sido capaz de redefinir un producto de forma significativa y todo parece indicar que de forma exitosa, una vez más [1]
Los relojes inteligentes -al igual que los ordenadores, las tabletas y otros dispositivos móviles- pueden tener una aplicación directa en las empresas y la forma de organización del trabajo, con una diferencia y especialidad: un reloj inteligente es un dispositivo absolutamente personal [2]
Por eso, echando un vistazo a las características del propio reloj de Apple, a su relación directa con el concepto de salud y bienestar, a su utilidad para la organización del trabajo -y más concretamente a la seguridad y salud laboral-, si tuviera que definir en términos de PRL a esta gama de dispositivos, quizá el nombre más apropiado sería “equipos de prevención individual”.
En este contexto, la relación y aplicabilidad de los relojes inteligentes -con el Apple Watch dentro del programa Apple Health como paradigma- con el concepto de empresa saludable es directa: establecimiento de ritmos de trabajo, monitorización de variables de salud básicas, programación de actividad física…

A partir de aquí, las posibilidades de un reloj inteligente en la gestión de la seguridad y salud, especialmente como soporte a la prevención, son enormes y ya existen aplicaciones específicas para el Apple Watch capaces de:
  • geolocalizar los riesgos existentes en la empresa y avisar a los trabajadores de las medidas de seguridad a observar según su ubicación dentro del centro de trabajo;
  • informar en tiempo real de la ocurrencia de un accidente o incidencia y localizarlo físicamente dentro del centro de trabajo;
  • tener localizados y mantener comunicación con los trabajadores dentro del centro de trabajo.
    Este es tan sólo un ejemplo dentro de un planteamiento que está en sus primeras fases y que, por tanto, tiene un amplio margen de desarrollo, también en su aplicación a la gestión de la seguridad y salud laboral:
  • procedimientos e instrucciones de trabajo;
  • procedimientos de información y formación de los trabajadores;
  • protocolos de acceso y permanencia en determinadas zonas de un centro de trabajo;
  • sistemas de señalización general de riesgos;
  • protocolos de etiquetado de equipos y zonas concretas (LO-TO) y concesión permisos de trabajo;
  • procedimientos de respuesta en situaciones de emergencia;
  • etcétera.
Otros puntos a favor de los relojes inteligentes en el entorno profesional son que, por su propio diseño (pantalla pequeña, capacidad de sonido limitada), no son el típico dispositivo usado con fines de entretenimiento (juegos, música o consultar redes sociales), lo cual minimiza el efecto de distracción y los riesgos asociados que sí que tienen otros dispositivos móviles como las tablets o los smartphones; también, la portabilidad de un reloj y su integración con los movimientos naturales y automatizados de las personas.
En este contexto, no debemos extrañarnos si poco a poco vemos equipados a los trabajadores con sus tradicionales equipos de protección y además, con equipos de prevención individual en forma de relojes, gafas,… y otros que seguro que aparecerán.
De hecho, el desarrollo de soluciones a la gestión y a la evaluación de riesgos tales como sensores y dispositivos de lectura adaptativos/wearables para hacer seguimiento de los parámetros fisiológicos de los trabajadores, forma ya parte de proyectos de innovación y propuestas de investigación [3] dentro de las prioridades europeas en materia de seguridad y salud en el trabajo para los próximos años.
Fuente:  http://prevenblog.com/apple-watch-nuevos-equipos-de-prevencion-individual/

jueves, 22 de octubre de 2015

Buenas prácticas en diseño responsable: ideas para cambiar el mundo

El diseño responsable puede definirse como aquel que incorpora, además de los aspectos tradicionales (costes, calidad, estética, funcionalidad, etc.), los aspectos sociales y ambienales para la búsqueda de una solución en cualquier campo satisfaciendo las necesidades de los consumidores y generando a la vez un impacto positivo en la sociedad actual y futura, así como en el medio ambiente.
Fue Victor Papanek (1923-1998), diseñador y educador nacido en Viena, el primero en promover y defender un diseño responsable. Basa su planteamiento en el diseño para un mundo real concebido como acción mediante la cual es posible cambiar el mundo.
Para Papanek “durante los últimos tiempos, el diseñador ha satisfecho solamente necesidades y deseos pasajeros, descuidando las verdaderas necesidades del hombre” o como dice Paul Polak (psiquiatra y fundador del International Development Enterprises) desde otra perspectiva la mayoría de los diseñadores del mundo centran todos sus esfuerzos en el desarrollo de productos y servicios exclusivamente para el 10% de los clientes potenciales de todo el planeta. Es necesaria una revolución en el diseño para poder alcanzar al otro 90%”.
En muchas ocasiones hemos oido justificar los problemas sociales y ambientales actuales aduciendo a que hay demasiada gente en el planeta, pero como constatan William McDonough y Michael Braungart, autores del libro Cradle to Cradle,todas las hormigas del planeta, en conjunto, tienen una biomasa mayor que la de los humanos. Las hormigas han sido increíblemente trabajadoras durante millones de años. Sin embargo, su productividad nutre las plantas, los animales y la tierra. La industria humana lleva en pleno apogeo poco más de un siglo, sin embargo, ha provocado un descenso en casi todos los ecosistemas del planeta“.
Por tanto, el problema no es que seamos muchos y que vivamos en una sociedad de consumo, el problema es como se diseñan los productos y servicios que consumimos. Citando de nuevo a Papanek, el diseño tiene que ser un utensilio innovador, altamente creativo e interdisciplinario, que responda a las verdaderas necesidades del hombre. Ha de estar orientado a la investigación y es preciso que dejemos de deshonrar a la misma tierra con objetos y fabricaciones pobremente diseñadas“.
Un ejemplo de diseño responsable es el proyecto “Un litro de luz” promovido por la organización MyShelter Foundation que busca llevar iluminación a los hogares de las zonas más vulnerables del mundo y que se inició en 2011 en Filipinas. El mecanismo de alumbrado que utiliza “Un Litro de Luz” fue creado por Alfredo Moser, mecánico e inventor brasileño, y un grupo de estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), y consiste en la creación de una bombilla artesanal, que oscila entre 40 y 60 vatios, a partir de una botella de plástico llena de agua y cloro que una vez instalada en el tejado de una vivienda provee iluminación a su interior durante el día gracias al proceso de refraccion.
Aunque esta perspectiva no se alinea con la cultura empresarial de producir poco maximizando el margen, tener en cuenta a ese “otro” 90% del mercado puede constituir una gran oportunidad y un increible nicho para incrementar beneficios. Tal y como argumenta Polak, si una empresa es capaz de diseñar para personas que ganan menos de 1 dólar diario, entonces puede alcanzar tremendas ganancias. Si además ese diseño mejora las condiciones de vida de esas comunidades y se realiza tomando como ejemplo los ciclos cerrado de materiales presentes en los ecosistemas seremos capaces de cambiar el mundo. Ese es el reto.
Fuente:
 http://prevenblog.com/buenas-practicas-diseno-responsable-ideas-cambiar-mundo/


viernes, 2 de octubre de 2015

LINDA HILL, PROFESORA DE HARVARD, NOS HABLA DE LA CREATIVIDAD COLECTIVA EN LA ORGANIZACIÓN

¿Cuál es el secreto para desbloquear la creatividad escondida en las actividades cotidianas, dando a cada gran idea una oportunidad? La profesora de Harvard Linda Hill, coautora de "El genio colectivo", ha estudiado algunas de las empresas más creativas del mundo para llegar a un conjunto de herramientas y tácticas para mantener grandes ideas que fluyen de cualquier persona de la empresa, no solo de los "creativos ". (Para ver subtítulos en español, pinchar en el extremo inferior derecho del video, el primer icono empezando por la izda.)